
Siendo este el primer post oficial de viajes, voy a establecer unas reglas generales antes de continuar: 1) considero importante mencionar fechas, pues siempre pueden haber detalles que discuta los cuales cambien con el tiempo, 2) para las introducciones de ciudades o destinos en general me limitaré más que nada a datos generales, dejando los detalles para publicaciones subsiguientes.
Ya con eso fuera del camino podemos comenzar. La primera vez que estuve en Bogotá fue en febrero de 2018. En esa ocasión no pude ver mucho de la ciudad pues tenía otros compromisos, limitándome a explorar algo de la Zona Rosa, una de las áreas más turísticas y comerciales de la capital.

La segunda vez que visité Bogotá fue en abril de 2019. Esta vez sí pude ver más de la ciudad en sí, e irónicamente la Zona Rosa fue una de las áreas que no visité. Donde sí pude estar fue en la Plaza Bolívar (foto), y el Cerro Monserrate, famoso tanto por su Cristo como por su excelente vista panorámica de todo Bogotá.
Datos generales: Bogotá es la capital de Colombia, corazón financiero del país, y uno de los centros urbanos más importantes de Suramérica, con una población que sobrepasa los 11 millones de habitantes. Para los turistas los dos datos más importantes a conocer son los siguientes: Bogotá está localizada a unos 2600 metros sobre el nivel del mar, y debido a esta altura (junto a su proximidad al ecuador) conserva una temperatura que ronda los 50 a 60 y pico grados Fahrenheit (10 a 18 grados Celsius) durante todo el año. Para alguien que viene de climas más cálidos como yo, es indispensable al menos una chaqueta para mantenerse caliente, aunque la temperatura no baja tanto como para ponerse demasiado abrigado tampoco.
El tema de la altura no es uno tan pertinente aquí como, digamos, Cusco en Perú, pero igual es importante estar al tanto, pues no todo el mundo reacciona igual, y si tiene problemas de la presión siempre es bueno consultar con su médico antes de darse la vuelta. Durante mi primera visita no sentí nada sino hasta por la noche, cuando me despierto sintiendo un poco de dolor de cabeza que de momento me preocupó, pensando que me iba a enfermar. Sin embargo, nunca llegó a mayores. La segunda vez me sentí falto de aire y un poco mareado al llegar al hotel, aunque igual terminé saliendo a cenar esa noche.

La recomendación que siempre se da para lidiar con la altura es quedarse tranquilo y dejar que el cuerpo poco a poco haga los ajustes. No llegue con el estómago muy lleno, que lo obligue a hacer la digestión en un ambiente con menos oxígeno, ni trate de hartarse de comida ese primer día. Fuera de eso, a 2600 metros no es mucho lo que se necesita hacer.
La moneda es el peso colombiano (COP), que regularmente está en un promedio de 3000 pesos por dólar americano. Hay casas de cambio en el aeropuerto, pero por supuesto le van a cobrar más que lo que pueda conseguir en la ciudad en sí. Aunque muchos hoteles les pueden cambiar dólares por pesos, lo mejor es preguntar por las casas de cambio ya dentro de la ciudad, y cambiar el efectivo que lleve. También hay ATMs para sacar dinero de su cuenta en la moneda local, pero este tipo de transacción siempre tiene un cargo que oscila en los $8 a $10. En términos generales, no se pueden usar dólares u otras monedas internacionales fuertes para transacciones en efectivo, aunque sí puede haber comercios que lo acepten. Igual, no es algo recomendable. Lo mejor es cambiar efectivo al COP, o utilizar tarjetas de crédito.
En nuestro próximo post exploraremos un poco más a fondo la ciudad.
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