
NOTA: las publicaciones que haga de hoteles y bodegas en Mendoza no son auspiciados por nadie. Simplemente las comparto pues fueron parte de mi experiencia como agente de viajes inspeccionando el destino, y me parecen recomendables.
Te sientas tranquilo en una mesa con tus amigos. A tu alrededor los árboles les proveen la sombra y el fresco en una tarde de verano. A tu izquierda unos viñedos se extienden hasta el horizonte. Hablan y comparten mientras llegan los aperitivos a preparar sus estómagos para las delicias que vienen más tarde. El vino de la casa es de primera, y la comida que le acompaña no se queda atrás.
Esa fue nuestra experiencia en Bodega Lagarde.

Como bien aparece en la foto, la bodega fue fundada en 1897. En los 1960´s fue adquirida por la familia Pescarmona, sus dueños actuales. Hoy en día es una de las mejores productoras de vinos argentinos, y por ende una parada obligada para los amantes de esta bebida que visiten Mendoza. Y lo que es más obligado todavía a mi entender es el almuerzo aquí, bajo ese ambiente que describí al principio que hace que uno se sienta en el paraíso.

En términos generales es una recomendación que hago para todas las bodegas que puedan: almuercen o cenen en ellas. Los niveles gastronómicos están a la par con la calidad de los vinos que les sirven. En otras palabras, es de calidad mundial.
Al igual que Espacio Trapiche, el maridaje en Lagarde es importante. Muchos de nosotros estamos acostumbrados a que nos sirvan platos con mucha comida, con una bebida de acompañamiento, y a devorar se ha dicho. Este no es el caso de las bodegas, o de cualquier establecimiento que sirva múltiples pasos. Cada plato contiene solo la suficiente comida para maridar con la copa de vino correspondiente antes de moverse al siguiente. En otras palabras, el punto no es únicamente comer bien y llenarse la barriga; el punto es vivir una experiencia gastronómica en donde el paladar es asaltado por varios vinos complementados por los alimentos mejor indicados. El protagonista, lógicamente, no es la comida, sino los vinos; pero la comida no es menos importante en este baile, siendo la pareja que te acompaña en un tango apasionado, una salsa muy movida, o un vals elegante. No es lo mismo bailar solo que sintiendo el calor de esa pareja junto a ti mientras se mueven a la par como si fueran uno solo. El maridaje consta de escoger la mejor pareja en cada baile, para que no hayan pisotones ni faltas de sincronía. Para que puedan disfrutarse cada baile como se debe.
Yo, que no soy bebedor ni más ni menos, me llevé de recuerdo un Lagarde Goes Pink Rosé 2018, que es una combinación 50/50 de Malbec y Pinot Noir. Según la página de Lagarde, el maridaje sugerido es «pescado fresco a la parrilla o un menú típico de verano, ya sean verduras de estación, sushi, o un sabroso curry». Yo lo escogí por una simple razón: me gustó su sabor.
A fin de cuentas, eso es lo más importante.

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Wow!! Que buen viaje fue ese a Mendoza!!, sin duda sentí un poquito de envidia jajajaja. Me ha encantado la forma en que comparas la comida acompañada con el vino con un baile de tango!! 🙌, en fin, abrazos hasta Puerto Rico
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