
NOTA: las publicaciones que haga de hoteles y bodegas en Mendoza no son auspiciados por nadie. Simplemente las comparto pues fueron parte de mi experiencia como agente de viajes inspeccionando el destino, y me parecen recomendables.
Espacio Trapiche fue mi introducción a la gastronomía de bodegas, a un nivel culinario que mi pobre bolsillo normalmente sería incapaz de cubrir. Sin embargo, para el nivel de la comida – y los vinos, por supuesto – la experiencia es notablemente económica. Esto se repetirá en todas las bodegas que visitamos, con precios que rondan los $50 USD para el 2018, y que hoy en día al cambio actual serían unos $30 USD aproximadamente. Claro, hoy en día están cerrados debido a la pandemia, pero una vez reabran con toda probabilidad ofrecerán los mismos servicios. También hay que hacer la salvedad que los precios dependerán de lo que se pida, pero no deben subir más allá de lo mencionado.
(Mi pobre bolsillo igual no tuvo que cubrir nada; una de las ventajas de los viajes por trabajo).

Como ya he mencionado en la introducción a Mendoza, esta región se caracteriza por producir vinos de calidad. Lamentablemente yo no me caracterizo por haber desarrollado un gusto por el alcohol, así que no pude apreciar como es debido las delicias que ponían en frente de mí. Sí aprendí que mis gustos se inclinan hacia vinos más recientes, pues son los que menos tiempo han tenido de fermentarse, teniendo un sabor más dulce y suave.
Esta falta de apreciación no evitó que bebiera esa semana mendocina como nunca lo había hecho en mi vida.

Nos tocó un menú de siete pasos, cada uno con su propio vino para el maridaje perfecto. El maridaje no es otra cosa que la combinación de sabores entre determinado vino y la comida que se esté sirviendo; dependiendo de las características del vino, este será más efectivo al paladar con ciertos alimentos. En este caso, fue Trapiche y no el cliente quien escogió qué vinos irían con cada paso. Lo cual está bien por mí, que no sabría nombrar ni la mitad de las cosas que nos sirvieron. Lo que sí les puedo decir es que cada maridaje fue excelente, y tanto mi estómago como mi paladar estaban más que satisfechos.
Ah, y hay maridajes hasta para los postres.

En realidad no recuerdo qué era. xD
La bodega tiene 137 años de antigüedad, y tan reciente como el pasado 2019 recibieron el galardón de Mejor Bodega del Nuevo Mundo por parte de la revista Wine Enthusiast. Con tanta historia, pueden esperar un tour muy interesante por el lugar, en especial si son amantes del vino más allá de simplemente beberlo. El tour habla tanto de la historia de la bodega como del proceso de hacer el vino.
Les dejo con este video en donde el joven sommelier Gaspar Córdoba (Instagram @gaspar_cordoba) nos muestra el proceso de decantación de un Malbec.
Si les gusta nuestro contenido, recuerden darle a “seguir el blog por e-mail” al final de esta página, para mantenerse al día sobre nuevas publicaciones. También nos ayuda el que lo compartan. ¡Hasta la próxima!
¡Caray!, Ya quisiera yo viajar por trabajo jeje. Me ha abierto el apetito esta entrada, sobre todo la foto del interesante plato de pelusa con polvos de chocolate sobre pera!!
Ya he visto que has publicado muchos artículos de Mendoza,luego me pasó por los otros para comentar.
Un abrazo desde México!
Me gustaLe gusta a 1 persona
La ventaja de trabajar en la industria de agencias de viajes es que para vender mejor necesitas conocer el producto, y para hacer eso tienes que viajar. En este caso en particular, Copa Airlines estaba buscando promover esa ruta entre Panamá y Mendoza, por lo que organizó un viaje para agentes de viaje de varios países (Puerto Rico, Curazao, Estados Unidos, Colombia, y Ecuador) para que conocieran Mendoza y vendieran el destino. No solo nos fascinó a todos el destino, sino que todavía nos comunicamos de vez en cuando por Whatsapp porque nos integramos mucho como grupo.
Y la verdad es que hace una diferencia increíble el conocer el destino. Antes de este viaje Argentina me daba igual a la hora de venderlo, incluso me daba dolor de cabeza por los vuelos internos y lo complicados que se pueden poner (sin mencionar las huelgas constantes que cancelaban vuelos y desmoronan los itinerarios de los clientes). Después de este viaje a Mendoza, y otro que di unas semanas después a BA, Calafate, e Iguazú con un grupo de clientes de la agencia, cambió mi percepción del destino por completo. Ahora me EMOCIONA venderlo, porque sé lo que puede dar, y tengo mucho mejor idea de lo que contiene. No es lo mismo cuando lo único que te sabes son las descripciones de los tours.
No sé si esto cambie ahora con el COVID, porque la realidad es que ha trastocado la industria del turismo de una manera muy profunda. Tenía un viaje planificado con otro grupo de clientes para el pasado marzo a Japón; este era un viaje de ensueño para mi, no meramente de conocer destinos (mi departamento es el de América, por lo que no vendería nunca Japón), que no se pudo dar por la explosión de la pandemia. Para cuando finalmente pueda ir a Japón con toda probabilidad sea como turista y no una combinación de turista/trabajo, y siendo un destino tan caro, no es algo para el futuro cercano. Pero, en el interim, sigo recordando mis viajes y escribiendo mis «memorias» en este blog, para quizás animar a otras personas a vivir lo que viví.
De Mendoza me quedan unas cuantas publicaciones, aunque cada una más corta de lo usual. Tomé la decisión de no juntar todas las bodegas en una sola publicación, porque la experiencia en cada una fue diferente. Lamentablemente esto sucedió hace año y medio y no tengo notas del viaje como sucedió para las otras ciudades de Argentina, por lo que dependo de los recuerdos y no le hago justicia a lo que vivimos allí. En especial la comida. ¡Qué comida! Es un crimen que no recuerde mejor los detalles.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Las entradas ya así son muy buenas!! Es increíble entonces lo que has podido vivir gracias a tu trabajo… Un abrazo!
Me gustaMe gusta