Medellín: Comuna 13


Las personas lo que hacían en parte para resguardarse del ataque era, bueno, esconderse debajo de las camas o poner los colchones en puertas y ventanas, poner objetos, ¿sí? Pero eso no servía mucho, porque estamos hablando de dos helicópteros Black Hawk con un cañón de .50… la operación Orión no solo fue brutal, sino que también fue ilegal, porque el ejercito se unió con los paramilitares para poder sacar a las guerrillas. Incluso hay algunas imágenes que son bien famosas de cómo se ve que un paramilitar les está dando órdenes al ejército…

De esta manera nuestro guía Santiago Serna nos introducía a la cruda realidad que tuvieron que vivir los residentes del barrio San Javier, así como otros barrios de la Comuna 13, durante las operaciones militares llevadas a cabo a principios de siglo para erradicar a las guerrillas de su área. La era de la violencia en Medellín no se limitó a los narcos como Escobar, sino que también se extendía a las guerrillas y los paramilitares, que tenían a la Comuna 13 como su zona de guerra.

… tres días continuos de la Operación Orión. Pero esta Operación Orión digamos que «logra lo que quiere», que es sacar a las guerrillas del lugar, y lo logran. Sacan a las guerrillas. Se supone que es bueno, ¿no?

Pero no.

Tenían un trato los paramilitares y el ejército, que era, bueno, «nosotros los ayudamos a sacar a las guerrillas, pero nosotros nos adentramos en el lugar para hacer una limpieza social«, decían los paramilitares. Estamos hablando de que es sacar un mal, pero adentrar a otro.

Santiago era muy niño cuando esto, pero igual le tocó vivir años difíciles por el problema de las gangas y los territorios que estas formaban. Nos cuenta cómo para poder llegar al colegio no podía caminar la ruta más directa, pues esta cruzaba en cierto punto por los barrios Veinte de Julio y La Independencia #1, que al ser barrios distintos eran enemigos, por lo que resultaba harto peligroso intentar cruzar entre uno y otro. En su lugar, tenía que caminar hasta una de las estaciones colectivas, para de allí tomar ruta al colegio; rodeo tal que le costaba unos 40 a 50 minutos diarios en llegar a su destino, aparte de la tarifa de transporte correspondiente (costumbre todavía más difícil de mantener para alguien de familia pobre).

En el 2010 el alcalde Sergio Fajardo trae varios proyectos a la Comuna 13 con el fin de mejorar las condiciones del lugar, entre los que se incluyen la construcción de unas escaleras eléctricas cuyo fin en cierta forma es uno parecido al del Metrocable (recuerden que Medellín está en un valle, y mucho es cuesta arriba en un sentido literal, por lo que las escaleras también realizaron una labor de conexión y comunicación). Además trajo clases de arte y baile a los niños, proyectos cuyos efectos directos se ven hoy en día en lo que es el Barrio San Javier, cuando esos niños – ya más crecidos – comenzaron un movimiento urbano artístico por su comunidad que muchos llamarán graffitis, pero que para Santiago son «libros abiertos, porque nos traen una historia». Esto, sumado a un acuerdo de paz concretado por las gangas de la Comuna en el 2012, comenzó un proceso de mejora en la comunidad que es palpable hoy en día, cuando el Barrio San Javier se ha convertido en una atracción artística y turística. Ahora, grafiteros de todo el mundo viajan al barrio para plasmar su arte.

Uno de los grafiteros más reconocidos en el arte de la Comuna 13 es el hermano de Santiago, John A. Serna, popularmente conocido como Chota 13. Siguiendo el enlace que acabo de poner, pueden llegar a su cuenta de Instagram donde podrán disfrutar de muchas de sus obras. Chota es tan solo uno de los ejemplos de la transformación que se ha vivido en la Comuna 13 en los últimos años.

Continuando el recorrido nos encontramos con las primeras escaleras eléctricas que, en cierta manera, comenzaron todo. Por supuesto, estas tienen su propio colorido para poder encajar con el resto de la temática del barrio.

Arriba no solo verán negocios que han prosperado grandemente gracias al turismo, sino incluso excelentes shows de baile realizados por residentes del barrio.

Y, aunque el recorrido también incluye una vista de la Escombrera – que como nos explicó Santiago es la segunda fosa común más grande de Latinoamérica, y un gris recordatorio de las atrocidades cometidas en la zona – en general el mensaje es uno positivo, de superación.

Y es este mismo mensaje de superación ante la adversidad el que permea en todo Medellín. Es por esto que visitar la Comuna 13 es tan interesante e importante, pues más allá del colorido de los grafitis, de las escaleras, souvenirs, o shows de baile, está la historia de unas personas que no se rindieron ante la oscuridad que les tocó vivir, y que hoy en día pueden ver la luz al final del túnel – no como un pequeño punto en la distancia, sino como un círculo luminoso que crece más cada día.

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