Mientras caminaba por los pasillos del famoso Gran Bazaar de Estambul, no podía dejar de pensar en lo decepcionante que se veía todo. Aunque entiendo perfectamente su valor histórico, lo cierto es que el Gran Bazaar no es más que un centro comercial sin estilo y sin variedad; la inmensa mayoría de las tiendas venden joyería o alfombras, y el lugar es tan burdo que no dan ganas tampoco de comprarlas, por lo menos no a alguien como yo que no soy muy «comprador» que digamos. Tan burdo es el bazar, que apenas pude encontrar una sola foto tomada por mí (la foto de la entrada que aparece en la página principal es cortesía de una de mis acompañantes en el viaje).

¿Porqué entonces este bazar es tan famoso? No me queda más que pensar que es forjado a pura reputación de antaño. También es que, obviamente, para aquellos que vayan a comprar joyería o alfombras, pues tienen bastante para escoger. Aún así yo lo calificaría de «trampa de turistas», y de hecho nuestro guía nos lo advirtió también, aconsejándonos que esperáramos a otro lugar para comprar souvenirs.

Es a ese otro lugar el que yo lo llamaría el verdadero Gran Bazaar. Su nombre oficial es:

El Mercado Egipcio, o Bazaar de las Especias

Tal como lo dice su nombre, el Bazaar de las Especias se dedica mayormente a especias (y comidas), pero no se engañen; aquí hay mayor variedad de productos que en el Gran Bazaar. Los precios en el Bazaar de las Especias también son más razonables, aunque en todos los casos que vayan a un bazar en cualquier parte del mundo, el precio que primero le den siempre va a estar por encima de lo que realmente vale el artículo. Esto es así porque, contrario a tiendas convencionales, uno no va meramente a comprar a los bazares, uno va a negociar primero, y luego comprar.

Si no van con esta mentalidad, todo lo que busquen comprar allí les saldrá más caro de lo necesario.

Soy el primero en admitir que compré varios artículos con la primera oferta que me hicieron, porque no estoy acostumbrado a regatear y tampoco tengo un instinto para visualizar los precios adecuados para los productos ofrecidos (yo sería un desastre en shows como «The Price is Right»). Pero eso sucedió únicamente con artículos que quiero adquirir pero no me son imprescindibles comprar allí, como una billetera que compré en el Gran Bazaar, o especias que compré en el Mercado Egipcio. Hubo otros artículos para los que sí regateé, y seguido.

La mayoría de las tiendas están numeradas, pero esta en particular no parece tener número. Está al lado de la 40B, en una esquina, y es un sueño hecho realidad para aquellos que nos gusta el ajedrez, y más todavía para aquellos que nos gusta comprar tableros de ajedrez exóticos y diferentes. Como pueden apreciar en la foto, no venden únicamente tableros de ajedrez sino diferentes juegos de mesa. Lo importante es que el ajedrez indiscutiblemente se trata del protagonista en esta tienda, y cuando pasé la primera vez, para finales de octubre de 2021, tuve que detenerme aquí por un buen tiempo, admirar y, por supuesto, comprar.

Yo no soy de gastar comprando souvenirs o artículos caros en viajes, pero me parece ya haber mencionado anteriormente en este blog cómo me gusta coleccionar tableros exóticos de los diferentes países a los que visito. Lo hice por primera vez en Guatemala, un tablero que hoy en día no tengo idea en donde está. Todos los demás que he comprado sí los tengo aún guardados, tanto de Perú, Egipto, Jordania, y Turquía. Los más interesantes los compré aquí, en la tienda al lado del 40B en el Bazaar de las Especias: cruzados europeos contra musulmanes, troyanos contra griegos, macedonios contra persas., etc.

Este bazaar no fue el primer lugar en el que compré un tablero de ajedrez en Turquía. Esa distinción le corresponde a una tiendita en un mirador de Capadocia. Es que para cuando visité Capadocia en octubre del ´21 todavía no había tenido la experiencia de este bazar, que visité al regreso a Estambul luego de completar un circuito por Turquía. A los pocos días, comenzando noviembre, tuve la oportunidad de regresar a otro circuito por Turquía, y ya para ese entonces sabía exactamente hacia dónde dirigirme tan pronto nos llevaran al Bazaar de las Especias.

En la tienda al lado del 40B estaba el mismo chico que me había atendido la primera vez, Aydın, el cual luego de unos momentos se acordó de mi. Conversamos un rato, hablamos de otros tableros, regateamos un poco, y terminé comprando dos más. También hice algo que rara vez hago por mi cuenta, y es tomarme una foto viajera con un completo extraño al que conocí de manera efímera. Quizás es que ya sentía que nos estábamos haciendo amigos.

Galata

Galata es un barrio de Estambul famoso por varias cosas, entre ellas su torre, su puente, y su buena vida nocturna. También se trata de una sección de la ciudad que históricamente ha sido habitada por extranjeros – mayormente griegos y judíos – por lo cual, durante ciertos momentos importantes de la historia de Estambul, Galata le dio la espalda al gobierno local. Traicionó, pues. Se volcó en contra de los «suyos».

Pero eso es agua pasada. Hoy en día es una de las partes más interesantes de Estambul, siendo uno de sus mayores atractivos la Torre de Galata, estructura de varios siglos que actualmente sirve tanto de museo como de punto de observación de la ciudad, con una increíble vista de 360 grados.

En Galata terminaría mi aventura por Estambul. De ahora en adelante nos adentraríamos en los libros de historia, en trazos de eventos bíblicos y mitológicos, en una Turquía maravillosa e impresionante.

Nuestra próxima parada es la Capadocia.