Cusco: Parques Arqueológicos


Perú no peca por falta de parques arqueológicos, y mucho menos Cusco, la antigua capital del vasto imperio de los Inca. Entre ellos se encuentran cuatro a relativa corta distancia de la ciudad y uno de otro: Sacsayhuamán, Q´enqo, Pukapukará, y Tambomachay. Cada uno de estos cumple una misión distinta dentro del territorio que comprende Cusco.

Aunque no puedo decir que la visita a estos centros son un «must» en su viaje al Perú, si disponible del tiempo son un complemento ideal a los aspectos históricos de este país.

Sacsayhuamán

Altura: 3700 metros sobre el nivel del mar

Quizás el más famoso de los cuatro parques arqueológicos es Sacsayhuamán, una serie de estructuras que se encuentran en la «cabeza» de lo que el sistema de caminos cusqueños del antiguo imperio formó en un puma acostado. Es más, hasta la manera en que se indentaron ciertas murallas pudieran dar la forma de los dientes del puma (observen las murallas en la foto de la cubierta).

Pero la importancia de Sacsayhuamán va más allá de completar los sueños arquitectónicos de Pachacútec, el Inca que mandó rediseñar la ciudad. La teoría es que su función era una de dos: o como una fortaleza protectora de la ciudad, o un santuario en donde se realizaban ceremonias religiosas. Es posible que cumpliera ambas funciones a la vez. Lo cierto es que demostró su capacidad como fortaleza durante la era de la Conquista, aunque su diseño arquitectónico sugiere más un centro ceremonial.

El Inca Pachacútec (o Pachakúteq)

Y es como centro ceremonial que se utiliza hoy en día todos los 24 de junio, día del famoso Inti Raymi, ceremonia en adoración al sol.

Inti Raymi en Sacsayhuamán. Foto de Wikipedia.

Q´enqo

Altura: 3580 metros sobre el nivel del mar

Q´enqo es otro de los tantos enigmas históricos que dejaron los Conquistadores tras su invasión de las Américas, ya que se desconoce el uso que se le dio a este centro. Incluso el nombre, Qenqo, significa «laberinto», designación que vino de los españoles por las galerías subterráneas a la usanza de laberintos.

La teoría – para sorpresa de nadie – es que fue un centro ceremonial o sagrado de algún tipo. A veces me pregunto si los historiadores no le dan demasiado peso al aspecto religioso porque simplemente no se les ocurre qué más puedan hacer las civilizaciones antiguas. Es como si un pueblo medieval europeo tuviese iglesias en cada esquina. A nadie se le ocurriría eso a pesar de la obvia devoción cristiana de la Europa medieval, pero bueno, no sabemos si los Incas tenían zapaterías, o pastelerías, o centros de entretenimiento, o lugares de meditación, u hospitales… no tenemos idea, así que pues ni modo, es que debían estar adorando a sus dioses 24/7.

Pasemos al próximo parque arqueológico, y veamos si era otro templo glorificado.

Pukapukará

Altura: 3680 metros sobre el nivel del mar

No, Pukapukara no es un centro religioso.

Es la otra opción favorita de los arqueólogos: una base militar.

Echando mi sarcasmo a un lado, hay evidencia de que esto sí tenía propósitos militares, comenzando con la traducción del nombre «Pukapukará», que significa «Fortaleza Roja». Lo rojo no se puede apreciar en laas fotos, debido a que las rocas del lugar vienen a tomar este color por la tarde (y estuvimos allí temprano).

Más importante que el nombre como evidencia es su localización, una idónea para que los soldados en guardia puedan avistar con bastante anticipación al enemigo aproximarse. Sin embargo, debido a que en sus tiempos contenía baños, canales, plazas, etc., se cree que podía ser un «tambo» (lugar de descanso) militar, algo parecido a Ollantaytambo.

Y hablando de tambos…

Tambomachay

Altura: 3700 metros sobre el nivel del mar

Pues a primera vista y en base a lo que ya deben saber si leen este blog, «Tambomachay» debe ser sencillamente un lugar de descanso de algún tipo.

Pues sí, y no. Al menos, esta descripción no es suficiente.

No, también se teoriza que era un centro de culto al agua. Ya saben, adoración a algo en todo momento.

Las ovejas del lugar no les importa adorar a nadie. Bueno, probablemente al pasto.

La manera más simple de describir el uso de Tambomachay es que era un spa incaico. Consistía de una serie de acueductos, canales, y cascadas, y pues de ahí a que una posibilidad era la adoración al agua, aunque se me ocurre que más probablemente lo que adoraban era relajarse mientras se daban un baño, sin complicar la cosa demasiado.

Es interesante notar que, aunque Tambomachay como tal ya no está en uso, algunas de las construcciones de acueductos de los Inca continúan en uso en otras partes del Perú. Si algo sabían ellos era construir con eficacia y para que durara.

La próxima semana exploramos la impresionante laguna de Humantay, y el via crucis quer pasé para llegar allí. ¡Hasta entonces!

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