Buenos Aires: Shows de Tango


Para los que son amantes del teatro, los bailes, o las puestas de escena, uno de los principales atractivos de Buenos Aires son los diferentes shows de tango que se ofrecen por toda la ciudad. Después de todo, si se está viajando a la capital del famoso baile, lo más lógico es asistir a al menos uno de estos shows.

Tuve la oportunidad de ver tres.

Muy tarde se me presentó la oportunidad de ver un cuarto, cuando luego de publicar por el Instagram de mi agencia de viajes mis impresiones de los que vi, la gerente del show El Querandí me contactó para invitarme a ver el suyo. Lamentablemente para ese momento ya me encontraba de vuelta en Puerto Rico y esto no se pudo dar. Quizás en otra ocasión.

Estos shows regularmente se ofrecen en conjunto con cenas, aunque no es obligatorio tomar ambos. En mi caso siempre asistí con las cenas incluidas pues así los ofrecemos en la agencia, y ya que se va a estar fuera de noche es lógico que la cena en el mismo local que se verá el show sea parte de la oferta. Cuando la cena está incluida la recogida en los hoteles del operador que les esté dando los servicios comienza a eso de las ocho de la noche, pero recuerden siempre el punto del tráfico en Buenos Aires y que ellos estarán buscando a otras personas también. Si hacen las reservaciones directamente con la casa de tango, recomendaría salir no más tarde de las nueve de la noche, y en ese caso solo si no tienen más remedio. Recuerden que no solo se trata del tiempo del traslado, sino que una vez lleguen como en cualquier otro restaurante hay que sentarlos, esperar por un mesero, hacer la orden, esperar por que la comida esté lista, y comer. Lo ideal es comer antes de que comience el show para evitar el sonido de los tenedores contra los platos interrumpiendo la presentación. En los tres shows que fui esta era la norma; una vez comenzado el show, ya todos habían terminado de cenar. En cada caso el show comenzó a las 10:30 PM, y duró aproximadamente una hora.

Por regla general no se permiten fotos y videos durante el show. Más que nada por la distracción de los «flashes» de las cámaras. Lamentablemente en todos los shows habían personas que ignoraron estas reglas, e incluso en uno de ellos (no recuerdo cuál) una persona utilizó una luz bastante potente para grabar parte del show.

Desconozco cuáles son las consecuencias de desobedecer estas reglas, pero si van a alguno de los shows, asegúrense de no utilizar el flash, y enfoquen su atención en el show y no en su cámara, que para eso fueron.

Cada encabezado tiene el enlace a la página del show en referencia, si es que quieren ver en mayor detalle cómo luce cada cual. Por lo que acabo de explicar, no son muchas las fotos que tengo, o videos.

Café de los Angelitos

Café de los Angelitos fue el primero de los shows que pude ver. Es un local y escenario relativamente pequeños, como pueden apreciar en la foto de arriba y el .gif de abajo. También es una puesta en escena bastante sencilla, con la orquesta en la parte superior del escenario, y los bailarines/actores en la tarima. Los primeros quince a veinte minutos intercalan bailes de tango con piezas puramente orquestales, incluyendo versiones especiales de canciones populares tales como El Día Que Me Quieras, parte del musical Evita, y hasta el tema de la Pantera Rosa. Este último, por extraño que parezca, fue mi favorito tanto por el arreglo musical como la coreografía del baile.

La cena previo al show.

La cena como tal estuvo decente, nada memorable, pero tampoco fue mala. Se puede añadir la cena al show como parte del paquete sin problemas.

La Ventana

La Ventana no parece tener su propia página web, y en un principio de mi búsqueda pensé que esto es debido a que se encuentra en un mismo edificio con otros dos shows de tango: Aljibe (el más económico) y Gala Tango (el más costoso). La Ventana viene a quedar entre medio de los dos. Sin embargo, tanto Aljibe como Gala Tango tienen sus propias páginas web. ¿Porqué La Ventana no? Ni idea.

La Ventana tuvo sus altas y bajas. Algunas altas eran gracias al propio espectáculo, como también con las personas que compartí mi mesa, una familia británica muy simpáticos ellos: padre, madre, y tres hijas cada una más bella que la anterior. Estuvimos hablando durante casi toda la velada, compartiendo experiencias. Ellos habían entrado a Suramérica por Chile, y habían estado en las Torres del Paine – un lugar espectacular que está en mi «bucket list» – además de haber hecho varias excursiones de aventura allí y luego en El Calafate, lugar al que yo estaba por ir en dos días. Resultó también que se estaban hospedando en el mismo hotel que yo (el Grand Brizo), y al otro día estarían continuando su camino. Sin embargo, Peter – que así se llama el padre – quedó en regalarme el itinerario que les dio su agencia de viajes, dejándolo en un sobre en el front desk del hotel antes de irse. Por pura casualidad cuando fue a hacerlo al siguiente día yo estaba en el lobby del hotel y lo recibí en persona, y nos pudimos despedir nuevamente.

Precisamente por ellos no llegué a ver el show de Gala Tango. El operador que nos daba los servicios, sabiendo que estaba asistiendo a estos shows para evaluarlos en calidad de agente de viajes, había hablado con la gente del local y me había ofrecido la opción de ver la mitad del show de La Ventana, y luego pasarme a ver el show de Gala Tango, que se supone sea uno de los más espectaculares de Buenos Aires. Si visitaron la página de Gala Tango que enlacé más arriba, verán que el local es increíble. Sin embargo, no me arrepiento en lo absoluto, ya que la pasé muy bien en La Ventana. Será en otra ocasión, junto con El Querandí.

Las bajas fueron por el local: uno pequeño donde buscan aparentemente vender la mayor cantidad de espacios posibles y eso resulta en mesas y asientos muy juntos e incómodos. En el .gif de arriba se puede apreciar más o menos el tamaño del local. Es bastante claustrofóbico. La otra forma de mirarlo es que lo hace más íntimo, pero en lo personal no necesito ni deseo ese nivel de intimidad para ver ningún espectáculo.

La comida, por otro lado, es muy buena – mejor que la de Los Angelitos. Como ya había mencionado, el show comienza a eso de las 10:30pm, y de la misma manera que Los Angelitos los primeros números son del tango tradicional. Destaca la orquesta, en especial su maestro (¿de ceremonias?), violinista y todo un «showman». No sólo su dominio del violín es espectacular (hubiera estado feliz escuchando todo un concierto liderado por su violín), sino que tenía el carisma y «timing» perfectos para interactuar con el público y envolverlos en la función.

Lamentablemente no tomé fotos de ningún tipo de este show. Entre la regla de cero «flash» y el estar hablando de cuando en cuando con Peter, no se me ocurrió ponerme a tomar fotos. También me parece recordar que donde estaba sentado no tenía un buen ángulo para tomar fotos de todas formas.

Para visualizarlo apropiadamente, lo primero es que la orquesta aquí estaba en la parte de atrás de la tarima, y no en una especie de «segundo piso» como en el caso de Los Angelitos. Esto es así porque, como ya mencioné, el violinista principal y maestro de ceremonias era parte integral del espectáculo. Los bailarines estaban, por supuesto, en plena tarima. En términos de tamaños, era similar a la de Los Angelitos.

(Si no quieren utilizar su imaginación siempre pueden preguntarle a Google).

Luego de los primeros números de tango, en donde los «performances» de baile eran adecuados pero no comparables con Café de los Angelitos, hicieron una breve pausa para preparar el escenario para un número de No llores por mi, Argentina. La cantante era adecuada pero el número en sí nada del otro mundo; en todo caso, parecía glorificar excesivamente a Evita con cortes patrióticos y de manipulación emocional. Luego vino el giro que le dio un toque distintivo a La Ventana, cuando entraron al escenario músicos de corte típico, indígena. Tocaron una variación del tema principal de The Good, the Bad, and the Ugly, entre otros. Luego entró al escenario el mismo «performer» que había visto temprano ese mismo día en la Hacienda Santa Susana (de la que hablaré en el próximo blog), pero esta vez destilaba un dominio de su número muy por encima de lo que hizo en Santa Susana.

Lo demás fue una mezcla de números de música típica con tangos, en donde por mucho los mejores momentos fueron aquellos donde la orquesta y en especial el violinista tomaban el control de la función.

En comparacion con Café de los Angelitos, la orquesta y la comida son superiores, mientras que la comodidad es inferior, así como los bailes de tango. El tener mayor variedad de géneros le ayuda.

Tango Porteño

Tango Porteño se encuentra a tres o cuatro minutos caminando del hotel Grand Brizo, casi justo frente al Obelisco. En ese mismo edificio se encuentra el hotel NH Tango, que aunque no lo pude inspeccionar, se me ocurre como una interesante y muy conveniente alternativa dada su localización. A pesar de esto no caminamos hasta el local, sino que esperamos por nuestro transporte para ir todos juntos y tener a alguien que nos guiara a través del proceso en la entrada. Para el regreso sí caminamos de vuelta al hotel.

Las ventajas del Tango Porteño son evidentes al entrar, como pueden ver en el .gif arriba. Es un local amplio, con mayor capacidad de personas. Para estas fechas (este lo visitamos como grupo el 5 de enero) hay mayor demanda y estaba lleno o casi lleno; cuando baja la temporada se ve vacío por su gran capacidad. De cualquiera de las dos maneras lo importante para mi es la comodidad, y en eso Tango Porteño quedó como el número uno indiscutible de los tres shows que visité.

También quedó como número uno con el show en sí. Antes de pasar a discutir el show en un poco más de detalle, comentaré que la comida aquí también es muy buena. Pedí lo mismo que en Café de los Angelitos (solo vean la foto de ese plato para ver lo que cené acá), y sabía mejor. Tampoco era espectacular, pero ya les había dicho que Mendoza arruinó (positivamente) mi paladar.

La puesta en escena es más al estilo de Broadway. Ninguno de los shows que vi tenían una temática en común, eran más bien diferentes números de baile, o canciones, o piezas puramente orquestales. Porteño al menos sí comenzó con una misma puesta en escena (un restaurante), y los primeros cuatro o cinco números se desarrollaron ahí, con ciertos «personajes» que iban entre los cómicos y los típicos cuernos de tango. Que tango sin cuernos no es tango, pues. Después hacen una serie de números de gauchos – parecidos a La Ventana pero con dos gauchos en vez de uno – y luego intercalan con más tango, orquesta, y tango versión electrónica.

Una lástima que no hicieron como una historia en tango, que para mí es lo lógico con estos shows, y lo había esperado ver. Considerando los despechos constantes que narran las canciones de tango, antes de asistir a estos shows me parecía un hecho consumado que explorarían esto con una obra de teatro musical. La falta de cohesión artística es la única mala nota que le doy a estos shows.

Tango Porteño fue el único show que me dieron ganas de comprar un CD si los hubieran ofrecido a la salida, pero parece que no los hacen. Otra incógnita: ¿porqué no incrementar ganancias vendiendo los «soundtracks» de sus shows, como hacen en Broadway? No sólo el aumento de ganancias sino un aumento en la difusión del producto que redundaría en mayor popularidad. Quizás lo que temen es que las personas prefieran escuchar el album a asistir al show, pero los que les gusta este tipo de propuestas van a preferir verlo aunque sea una vez en el teatro, porque no hay sustituto como verlo en persona. Los bailes son en su mayoría magníficos, y ese mismo sentimiento de profundo respeto que sentí en Broadway al ver a los artistas desempeñarse con tanto talento lo sentí en los shows acá. Los bailarines y los miembros de las orquestas se merecen la asistencia del público.

Conclusión

Para ver un solo show Tango Porteño es mi ganador de los tres. Sin embargo, si la persona puede y quiere ver más se deben combinar, siempre dejando este para lo último cosa que la persona no vaya con expectativas demasiado altas para los otros. Esto lo digo con respeto, pues la puesta en escena de Tango Porteño está a un nivel superior a los otros dos. Todos los shows tienen sus pros y cons, así que no es como que haya un definitivo mejor, es más bien cuestión de gustos.

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