Nuestra primera visita en Mendoza fue algo que, como agente de viajes, dejaría para lo último de la estadía. La razón la pueden ver claramente en la foto de arriba: Termas de Cacheuta es un lugar de relajación, de renovar energías y despejar la mente. Es ideal para recuperarse de unas vacaciones largas. Si lo hicimos al principio estoy seguro que se trató únicamente por la logística de los servicios que pudieron confirmar a nuestro grupo de agentes de viajes. Mi consejo para los visitantes futuros a Mendoza: si van a las termas, háganlo el último día.

De hecho, hay una opción B para esa recomendación, pues resulta que no se trata sólo de un lugar de aguas termales, sino de un hotel & spa llamado… Hotel & Spa Termas Cacheutas.

Ya sé, ya sé…

Los alrededores son una belleza, como pueden ver, y las aguas termales son una delicia. Debo indicar que lo que presento aquí son únicamente las facilidades y ofrecimientos del hotel y spa; también existe un parque de agua público a pocos minutos al que pueden asistir si así lo desean, y a nivel local es probablemente lo más conocido de las termas. Sin embargo, no se van a «relajar» allí, pues el lugar se llena lógicamente y hay muchas familias. Esto es un dato importante porque – y aquí tengo que abusar de la memoria – en las facilidades del hotel no se permiten niños, contrario al parque de agua.

Al lado de las termas hay un puente colgante y un área pequeña que pueden explorar.

Allí también almorzamos, y aunque la comida no estaba al nivel gastronómico de las bodegas, era muy buena también.

En fin, si cuentan con el tiempo y el presupuesto para quedarse varios días en Mendoza, recomiendo que terminen su aventura allí quedándose una o dos noches en las termas, se echen lodo en todo el cuerpo, y relájense.

¿Qué hacer antes? Eso es lo que discutiremos durante esta semana.

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