
A las 8:17am salimos del hotel Kahvé en dirección a San Agustín, lugar de fama internacional por sus hallazgos arqueológicos, muchos de los cuales se encuentran exhibidos in situ. Antes del mediodía ya estábamos en nuestro nuevo hotel, el Yuma, lugar rodeado por todas partes de naturaleza. De hecho, lo único negativo que puedo decir del Yuma (a riesgo de sonar como el citadino que no soy) es que es tan natural que se las tendrán que ver con los insectos del lugar. Salí de allí con varias picadas que nunca supe de qué eran, y me duraron hasta que regresé a Puerto Rico. Así que mi recomendación es que vayan con repelente de insectos. Fuera de eso, Yuma es un paraíso.
Después del almuerzo partimos hacia el Parque Arqueológico San Agustín. Los predios arqueológicos son tan extensos que tuvimos que dividir la visita en dos días. Para aclarar, estos predios arqueológicos son tres: San Agustín, Alto de los Ídolos, y Alto de las Piedras. Hoy exploraríamos San Agustín, parque que está próximo a cumplir 85 años de fundado, con su correspondiente museo, la Fuente de Lavapatas, y el Bosque de las Estatuas.
San Agustín es una necrópolis; esto es, se trata de una «ciudad de los muertos», un lugar donde la civilización o civilizaciones de la región enterraban a sus muertos, presumiblemente a aquellos de la realeza (tomando en consideración lo elaborado de las tumbas). Y este detalle es uno que se hará evidente conforme vayan avanzando en su exploración del parque: no se sabe quienes fueron los autores de esta necrópolis. Lamentablemente se trata de una sociedad o sociedades que, para el tiempo de la Conquista, ya habían desaparecido, o estaban en proceso de desaparecer, y nunca pudieron ser estudiadas. Me resultó frustrante no poder darle un nombre y una historia a lo que observaba, no solo por ser un misterio imposible de resolver, sino porque es casi una falta de respeto el que sean olvidados a pesar de su legado arquitectónico. Intenté sacarle algo, aunque fuese un invento, a nuestro guía, algo que explicase la magnificencia de las tumbas que estábamos viendo, pero no. No es que quisiese que nos mintiera, claro, es que me hubiese gustado al menos ver qué él pensaba podrían ser esas tumbas, a quiénes podían corresponder, si existían al menos teorías al respecto.
Lo que sí se sabe es que los vestigios más antiguos encontrados datan de 3000 años antes de Cristo, aunque en el caso de las tumbas más elaboradas estas son mucho más recientes. Entre las estatuas más interesantes se encuentra una (que aparece en la galería de fotos arriba) que aparenta representar un águila con una serpiente en el pico. Lo interesante (al menos para mi) es cómo esta imagen parece repetirse por Suramérica… claro, asumiendo que sí se trate de un águila con serpiente en el pico, y no un pájaro más modesto con un gusano en el pico presto a alimentar a sus crías. Que, aunque menos épico, es más probable en base a la forma tanto del pájaro como de su presa. Al fin y al cabo, no se sabe a ciencia cierta qué es, por lo que su historia puede ser cualquier cosa.
Quizás el lugar más interesante por su configuración es el Bosque de las Estatuas. Tiene un aire mágico que me recuerda un poco a un bosque similar en la película animada Spirited Away de Hayao Miyazaki, en donde la protagonista pasa por una región boscosa que contiene varias estatuas de espíritus japoneses. Considerando, nuevamente, que desconocemos la verdadera historia detrás de estas estatuas y este lugar, podemos imaginar un sendero mágico por el que los muertos de esta civilización olvidada debían cruzar en ruta a su Más Allá, con varios espíritus montando guardia en el camino para asegurarse que esa alma no perdiese su norte.
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